Es una etapa de importante desarrollo intelectual y físico en el niño, por lo que necesitará una buena planificación en su alimentación para obtener todos los nutrientes necesarios para estudiar y realizar todas las actividades físicas que le depara su día a día.
El niño deberá comer 5 veces al día dando especial importancia al desayuno que estará compuesto por un lácteo, cereal y fruta. Se deben incluir alimentos como las verduras, arroz, pastas, legumbre, carne, pescado, huevos y frutas asegurándonos de que frutas, verduras y alimentos ricos en fibra están presentes a diario. Es conveniente evitar el consumo excesivo de azúcares e hidratos de carbono ya que pueden acarrear problemas de obesidad y dentales.
Es recomendable no hacer comparaciones entre niños, ni sobre la cantidad de alimentos que consumen ni sobre el ritmo del crecimiento. Es más importante la calidad de lo que comen que la cantidad y de ello dependerá su salud futura.
También es importante tener en cuenta que el estilo de alimentación de los niños varía del patrón de alimentación de los adultos. Mientras que los adultos seguimos unos horarios establecidos para las comidas y tenemos claro, o deberíamos tenerlo, lo que debemos comer en cada momento, los niños tienen la capacidad de responder a señales internas de apetito y saciedad, de aquí a que cada comida que realiza el niño tenga unas características distintas. Es decir, dependiendo de la densidad energética de los alimentos que les ofrezcamos y de sus necesidades para ese momento, realizará un tipo de comida u otro. Por ejemplo, no es de extrañar que los bebés que necesitan un elevado aporte de energía, prefieran dentro del grupo de las frutas, los plátanos o las manzanas ya que contienen mayor valor energético.
Consejos:
* Realizar 5 comidas al día con el fin de que no transcurra mucho tiempo entre ingestas, dándole una gran importancia al desayuno puesto que saltárselo supone no cubrir las necesidades de nutrientes del día. Este puede ser variado y deberá incluir alimentos farináceos, alimentos del grupo de los lácteos y de las frutas.
* Acostumbrarle a hacer caso a su sensación de saciedad. No debe quedarse con hambre, pero tampoco demasiado llenos.
* Deberemos planificar una dieta variada donde se priorice más la calidad de los alimentos y no tanto la cantidad. Para ayudarnos podemos utilizar la pirámide de alimentos que nos presentan en la estrategia NAOS ya que divide y clasifica los alimentos en función de si su consumo recomendado es diario, semanal u ocasional.
* Asegurar una ingesta adecuada de lácteos suficiente para cubrir las necesidades de calcio. Se recomiendan entre dos y cuatro raciones de leche y productos derivados.
* Disminuir el consumo de alimentos refinados y elegir cereales integrales por sus múltiples beneficios para la salud. Son más ricos en nutrientes, previenen el estreñimiento, disminuye el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, mejoran la circulación sanguínea entre otros beneficios. En niños con poco apetito puede que les sacie antes y podría cambiarse por cereales refinados.
* Disminuir el consumo de sal evitando tener el salero en la mesa y evitando alimentos procesados y de aperitivos ya que contienen grandes cantidades.
* Evitar alimentos procesados como bollería industrial, dulces, golosinas y fomentar el consumo de frutas, frutos secos y bocadillos preparados en casa. Tomar dulces (caramelos, golosinas, etc.) entre comidas debe ser algo excepcional y es importante hablar con el niño de cómo dosificarlos. Otra opción es eliminar las tentaciones en casa y dejar a su alcance otros alimentos más saludables, como frutas, frutos secos o algunas verduras como zanahorias.
* El agua debe ser la bebida habitual y el consumo de refrescos azucarados y de zumos dejarlos para ocasiones especiales. Igual que con los alimentos, eliminar las tentaciones y sólo comprarlos en las ocasiones especiales es una buena opción para evitar su consumo excesivo.
* Se aconseja llevar el niño a la compra y hacerle partícipe de las preparaciones de los alimentos.
* Implicarlos en estas tareas además refuerza vínculos afectivos muy positivos para el núcleo familiar.
* El ambiente de la hora de la comida debe ser relajado, sin distracciones y debemos acostumbrarles a realizar las comidas en familia evitando la televisión y los juegos.
* Si el niño presenta alguna dificultad para masticar algún alimento, sobretodo en edades más tempranas, podemos ofrecerle alternativas que puedan tolerar bien. Y siempre respetaremos sus gustos y preferencias alimentarias.
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